Lo bueno de ser tú, sea donde sea.




Hace poco asistí a una boda, no es nada del otro mundo ya lo se, si no fuera por que fui con una camiseta de Star Wars y sin afeitar, con una barba tupida, sin arreglar. No, no me pasa nada en la cabeza, tampoco habían robado en mi casa, simplemente valoro como soy y me respeto. Nunca uso traje, no me pongo corbata y para rematar estoy muy gordo. Mientras estaba intentando comprarme algo para ponerme el día del enlace, me di cuenta que no era necesario disfrazarme, a la boda te invitan por quien eres, no por quien quieren que seas, y sinceramente, yo, que soy un cinéfilo adicto y un friky, no debía renegar de ello.

Compré una camisa morada, para tapar la camiseta, lo hice por respeto a la parte mas tradicional y conservadora de los allí presentes. Cuando me pareció que ya no quedaba nadie por saludar, y que había cumplido con el protocolo, desabroché los botones y dejé al descubierto las enormes letras en mi pecho, donde rezaba Star Wars, acompañado de una palabra china, que desconozco su significado. Hubiera sido mas emotivo hacerlo en una cabina, al mas puro estilo Clark Kent, pero con esto de los móviles ya no es posible.

Miradas de incertidumbre, de incredulidad y una sensación de comodidad nunca antes experimentada en una boda. Siempre me quejo de que la gente no respeta mis ideales, cosa que es cierta, pero lo que también es cierto es que realmente yo tampoco me he estado respetando. Estoy en contra de las religiones, creo que el número de bodas católicas, es usado como baremo de la Iglesia, a la hora de medir el volumen de sus simpatizantes, y participar en actos similares siempre me genera rechazo, aunque por una cosa o por otras termino asistiendo.

Mi novia tiene la teoría que “Esperar a los novios en la puerta de la iglesia, no es participar en el rito eclesiástico”, pero para mí, eso es como ser antitaurino (que lo soy) y esperar que saquen al torero por la puerta grande, para felicitarlo por su gran faena.

Me sentí muy bien y disfruté viendo como aquellas personas, con cara de ..., (digamos que no saben lo que es una iPhone), lucían sus trajes y camisas, como si de ministros se tratasen, aun teniendo las manos curtidas por el frío y el sol. Quizá ellos disfrutan del hecho de ser otra persona por un día, lo respeto, pero sienta tan bien ser tú mismo.

Repetiré en el próximo acto al que me inviten, y recomiendo que no os cortéis en ir como os apetezca, a no ser que pidan una indumentaria concreta, de ser así no seáis cabrones y hacer caso.


Safe Creative #1112210777296

Comentarios

Entradas populares de este blog

Transoceánicos e intrascendentes.

El calcetín no vive a gusto en pareja.